jueves, 10 de diciembre de 2009

Manipular la lluvia no es la solución

Más de 40 países usan técnicas para generar precipitaciones - Dominar la atmósfera de todos en beneficio propio genera dudas
El 30 de septiembre los cielos de Pekín pesaban oscuros y la niebla ahogaba la ciudad con una nube densa, que amenazaba con aguar el gigantesco desfile militar previsto el día siguiente en la plaza Tiananmen para conmemorar el 60 aniversario de la fundación de la República Popular China. Hubo lluvia. Pero cayó toda esa noche, y el 1 de octubre amaneció radiante y de un azul que parecía imposible. No fue casualidad. Un total de 18 aviones del Ejército Popular de Liberación volaron sobre la ciudad disparando yoduro de plata contra las nubes para forzar las precipitaciones antes de la parada militar.

Desde que, en 1947, Bernard Vonnegut descubriera que el yoduro de plata puede romper los equilibrios internos de las nubes y modificar las precipitaciones, cerca de 40 países siguen utilizando la misma tecnología para tratar de modificar el tiempo. Aunque hubo intentos más audaces durante el siglo pasado -Estados Unidos se atrevió a apaciguar la fuerza de los huracanes-, en la actualidad esta técnica sólo se ha demostrado eficaz para incrementar o detener la lluvia, provocar nevadas y minimizar los daños del granizo. Pero como la imaginación carece de límites, algunos científicos ya piensan en cambiar el rumbo de tornados, calmar los vientos o alterar la dirección de los relámpagos.

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