
Se llamará Acuerdo de Copenhague y comienza a tomar forma. Ayer se filtró entre los observadores y la prensa el borrador de acuerdo preparado por la presidencia danesa. El documento, lleno de espacios en blanco donde debe haber cifras, deja el grueso de la negociación para los últimos días pero revela avances y dificultades en busca del pacto.
El texto arranca con una declaración solemne: "Las partes subrayan que el cambio climático es uno de los mayores retos de nuestro tiempo y se comprometen a una respuesta fuerte mediante acciones nacionales inmediatas y cooperación internacional reforzada para limitar el aumento global de la temperatura a un máximo de dos grados sobre los niveles preindustriales". Y deja abierta la posibilidad de que los países en desarrollo no se vean tan obligados: "Las partes son conscientes de que el desarrollo social y económico y la erradicación de la pobreza son las primeras prioridades en los países en desarrollo".
Las potencias reconocen que "una economía baja en emisiones es una oportunidad para promover crecimiento económico continuado y desarrollo sostenible".
Las potencias reconocen que "una economía baja en emisiones es una oportunidad para promover crecimiento económico continuado y desarrollo sostenible".
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