lunes, 17 de mayo de 2010

El impacto de un cometa o asteroide sobre Júpiter levantó una nube del tamaño de Marte

Las cenizas oscuras fueron arrastradas por los vientos del planeta como las del volcán islandés

El último cuerpo que se ha observado que chocara con Júpiter era un asteroide o cometa de menos de un kilómetro de diámetro, creen los investigadores que han estudiado los efectos, perfectamente visibles, del impacto, el primero detectado desde el del cometa Shoemaker-Levy 9, justo 15 años antes. En los dos estudios publicados ahora participa el grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco, liderado por Agustín Sánchez Lavega, junto a otros investigadores españoles.


Fue un astrónomo aficionado australiano quien, el pasado 19 de julio, descubrió la presencia de una mancha negra de grandes dimensiones cerca de la región polar del planeta Júpiter, el mayor del Sistema Solar. El impacto ocurrió apenas unas tres o cuatro horas antes de la detección de la mancha, en el lado oscuro (es decir, de noche) de Júpiter, por lo que no pudo ser observado directamente, y en una latitud muy alta, cerca del polo Sur del planeta. La trayectoria fue opuesta a la que siguieron los fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9.
Alertados los grandes observatorios del mundo, entre ellos el telescopio Hubble, confirmaron en pocas horas que la mancha era el residuo de cenizas dejado tras el impacto de un cometa o asteroide.


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